Las relaciones entre México y Estados Unidos han escalado a un nuevo punto de conflicto. La Secretaria de Seguridad de EE. UU., Kristi Noem, acusó a la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, de alentar protestas violentas en Los Ángeles, California. Desde la Oficina Oval de la Casa Blanca y con el Presidente Donald Trump a su lado, Noem condenó las acciones de Sheinbaum, afirmando que "la gente tiene derecho a protestar pacíficamente, pero la violencia que estamos viendo no es aceptable".

Minutos después, Sheinbaum replicó tajantemente, calificando la acusación como "absolutamente falso" y atribuyéndola a un "malentendido". La controversia parece derivar de una declaración de Sheinbaum el 24 de mayo en San Luis Potosí, donde, al rechazar la propuesta de Trump de un impuesto a las remesas migrantes, instó a los connacionales a enviar cartas a legisladores estadounidenses y sugirió una posible movilización si el gravamen avanzaba.

Aunque Noem no precisó si se refería a esas declaraciones, Sheinbaum, en su respuesta en redes sociales, compartió un extracto de su conferencia matutina del 9 de junio donde condenaba todo acto de violencia en las protestas de migrantes en Los Ángeles, sin mencionar sus dichos de mayo.

Horas después de este intercambio, el Presidente Trump, en un encuentro con militares en Fort Bragg, Carolina del Norte, acusó que Los Ángeles estaba siendo invadida por un "enemigo extranjero". Afirmó que lo presenciado en California era un "ataque en toda regla a la paz, el orden público y la soberanía nacional, perpetrado por alborotadores que portan banderas extranjeras con el objetivo de continuar una invasión extranjera de nuestro país". Cabe señalar que la mayoría de las banderas portadas por los manifestantes han sido las tricolores de México.