Los Cetes cerraron el año con una caída significativa en sus rendimientos, la mayor desde 2020. La tasa de los Cetes a 28 días se ubicó en 7.07%, lo que representa una disminución de 297 puntos base respecto al cierre de 2024. De manera similar, los Cetes a 91 días pagaron una tasa de 7.24%, con una reducción de 274 puntos base.

Durante el año, las tasas alcanzaron niveles cercanos al 10% en enero, pero fueron bajando gradualmente conforme el Banco de México ajustó su política monetaria, al considerar que ya no era necesario mantener tasas tan elevadas para controlar la inflación.

Otros instrumentos también reflejaron esta tendencia. Los Cetes a 176 días cerraron con una tasa de 7.37%, mientras que los de 722 días ofrecieron 7.98%, ambos con las mayores caídas desde que estos plazos comenzaron a subastarse. En los bonos gubernamentales a mediano plazo, como los de tres años, el rendimiento bajó a 7.95%.

Especialistas señalaron que, más allá de la caída acumulada, en las últimas semanas se observó un ligero repunte en las tasas de corto plazo, lo que sugiere que el mercado está ajustando expectativas ante riesgos económicos como la inflación, el endeudamiento público y el apoyo financiero a Pemex.

Analistas coincidieron en que la baja de los Cetes no refleja debilidad financiera, sino el cierre del ciclo de altas tasas. Ahora, el reto será mantener el equilibrio entre crecimiento económico, estabilidad financiera y control de la inflación, mientras que en el largo plazo los inversionistas siguen exigiendo mayores rendimientos ante la incertidumbre global.

Nota referencia: El Economista.