Cárteles se adueñan del 70% de ganancias de limoneros de Tierra Caliente.
La Tierra Caliente de Michoacán se ha convertido en el epicentro de una crisis de extorsión que asfixia a su principal motor económico: el limón. Según estimaciones de citricultores y autoridades estatales, grupos criminales se embolsan al año alrededor de 3 mil 600 millones de pesos solo por el "cobro de piso" a productores y empacadores del Valle de Apatzingán.
La situación es crítica: la delincuencia organizada está mermando entre el $60\%$ y el $70\%$ de las utilidades anuales de los empresarios y productores, quienes aseguran que el negocio está al borde del colapso. La extorsión no solo afecta a los limoneros, sino a carniceros, tortilleros, panaderos, gasolineros y a todos los sectores productivos que operan en la región.
Las organizaciones delictivas, incluyendo células de Cárteles Unidos y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), han sofisticado el esquema de cobro. Se estima que cobran una cuota de pesos por cada kilogramo de limón cortado y una cantidad similar por cada kilogramo que se empaca para su comercialización.
La extorsión golpea la producción de más de 900 mil toneladas anuales del cítrico, especialmente en municipios clave como Buenavista Tomatlán —el epicentro de la producción nacional—, Apatzingán, Parácuaro, Aguililla y Tepalcatepec.
Días antes de su asesinato, Bernardo Bravo Manríquez, entonces presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, advirtió sobre la catástrofe económica: “Si el limón muere, Apatzingán se hunde con él”.
La tragedia del sector se agrava porque, al tiempo que sufren la extorsión, el precio del limón se ha mantenido en picada, llegando a oscilar en cuatro pesos por kilogramo al mayoreo, muy por debajo del costo de producción. Esto ha provocado la ira de los agricultores, que incluso han sido presionados por el crimen organizado para aumentar los costos.
El hartazgo se manifestó recientemente el 15 de octubre, cuando productores se unieron al "Paro nacional por el rescate del campo mexicano" en Apatzingán, arrojando kilogramos de limón a la calle al grito de: "¡Ahí tá pues, si lo quiere regalado, ahí está!".
Ante la grave situación, la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán (ACVA) ha exigido a las autoridades federales y estatales:
- Seguridad para que puedan trabajar libremente y sin riesgo para sus familias y jornaleros.
- Ordenar el mercado fomentando el corte de limón únicamente tres días a la semana, para regular la cosecha y evitar el colapso de precios.
La ACVA sentencia que la movilización continuará hasta que sus demandas sean escuchadas, reflejando la gravedad de la situación para todas las familias que dependen del sector limonero mexicano.
Nota referencia: El Universal.
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