La mañana de este día se llevo a cabo la demolición de la famosa “casa embrujada” ubicada en Lomas del Santuario, poniendo fin a una de las tradiciones urbanas más arraigadas en la ciudad de Chihuahua. Durante años, este sitio se convirtió en punto de encuentro para cientos de personas cada Halloween, además de ser una parada obligada para quienes buscaban tomarse fotografías en el emblemático inmueble. Con su derrumbe, los chihuahuenses despiden un espacio lleno de historias, mitos y recuerdos colectivos.

Durante más de cuatro décadas, la casa abandonada de Lomas del Santuario formó parte del imaginario popular de Chihuahua. Su deteriorada fachada, ventanas rotas y apariencia lúgubre alimentaron numerosas versiones que terminaron por consolidarla como una de las leyendas urbanas más conocidas de la ciudad.

La historia más difundida señala que en los años ochenta ocurrió un incendio dentro del inmueble, en el que presuntamente murió una niña. Tras aquel suceso, la familia que habitaba la vivienda nunca regresó, dejando la propiedad en completo abandono. Esa primera versión dio origen a una ola de relatos que, con el tiempo, dieron forma a la leyenda.

Entre las historias más mencionadas se encuentran testimonios de personas que aseguraban escuchar pasos, murmullos y llantos provenientes del sótano, el lugar donde se decía que había ocurrido la tragedia. Otros afirmaban ver sombras moviéndose entre los cuartos vacíos o la figura de una niña asomándose por las ventanas.

Algunas exploraciones nocturnas dieron pie a versiones más elaboradas: visitantes contaban haber encontrado velas, símbolos y objetos extraños que alimentaron la idea de supuestos rituales dentro de la vivienda. También era común escuchar relatos de quienes afirmaban experimentar frío repentino, malestar físico o incluso empujones inexplicables al internarse en la casa.

Aunque ninguna de estas historias fue confirmada oficialmente, el misterio que envolvía al inmueble lo convirtió en uno de los puntos de reunión más populares entre jóvenes y curiosos, especialmente durante Halloween. Para muchos, entrar o tomarse una fotografía frente a la fachada era casi un rito urbano.

Ahora, con su demolición, la ciudad despide no solo una estructura deteriorada, sino un espacio que marcó a generaciones enteras. La Casa Embrujada de Lomas del Santuario queda en la memoria colectiva como un símbolo del folklore chihuahuense, una mezcla de mito, miedo y tradición que por décadas formó parte de la identidad urbana de Chihuahua.