Desde el balcón del Vaticano, ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa exhortó a rechazar el odio, la violencia y la confrontación, e invitó a practicar el diálogo sincero y respetuoso como único camino hacia la paz.

El pontífice, de origen estadounidense y peruano, pidió a Dios “justicia, paz y estabilidad” para Líbano, Palestina, Israel y Siria, recordando su reciente visita a Medio Oriente y los temores que enfrentan las comunidades cristianas de la región.

Asimismo, solicitó oraciones especiales por el pueblo ucraniano, para que cesen las armas y las partes involucradas encuentren el valor de dialogar con el respaldo de la comunidad internacional. Encomendó además a

El Papa recordó a las víctimas de conflictos menos visibles en países como Sudán, Sudán del Sur, Malí, Burkina Faso y la República Democrática del Congo, y pidió el fin de la violencia en Haití, así como soluciones pacíficas en Birmania y el restablecimiento de la amistad entre Tailandia y Camboya.

Mencionó además a quienes sufren hambre, pobreza, persecución, desempleo, explotación laboral, migración forzada o condiciones inhumanas en prisión, y cerró su mensaje asegurando que “el nacimiento del Señor es el nacimiento de la paz”.

Nota referencia: DDMX.