Crimen organizado frena misiones religiosas en zonas vulnerables de México.

La violencia del crimen organizado ha obligado a cancelar las tradicionales misiones católicas y cristianas en las zonas más pobres de México, donde durante décadas estudiantes y religiosos compartían fe y apoyo material. Organizadores de estas actividades, como Laura Bustos, de instituciones lasallistas, han tenido que reducir las áreas de misión para garantizar la seguridad de los jóvenes.

En Michoacán, el uso de drones con explosivos y minas terrestres ha elevado el riesgo. Grupos como Familia Misionera, de los Legionarios de Cristo, ahora optan por misionar en ciudades como Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, en lugar de zonas rurales peligrosas.

Escuelas lasallistas han cancelado visitas a comunidades en Veracruz debido al aumento de la violencia. En estados como Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Sinaloa, las misiones han desaparecido desde el inicio de la pandemia.

"No podemos arriesgar a los jóvenes ni a los sacerdotes", afirma el sacerdote Pedro Agustín Rivera. En Chiapas, la Iglesia suspendió actividades por enfrentamientos entre cárteles. En Culiacán, las celebraciones se realizan dentro de los templos, evitando zonas serranas.

 Nota referencia: El Sol de México.