Richard Hart, un reconocido panadero británico que recientemente abrió una panadería en la Ciudad de México, se volvió tendencia luego de que resurgieran declaraciones hechas en un podcast, donde aseguró que México “no tiene mucha cultura del pan” y criticó la calidad del trigo y del pan blanco industrial, como el bolillo.

Aunque los comentarios fueron realizados en abril, este mes se viralizaron y generaron indignación entre creadores de contenido, especialistas en gastronomía y ciudadanos, quienes consideraron ofensivo que un extranjero descalificara un elemento cotidiano de la cocina mexicana.

Panaderas y chefs mexicanos respondieron en redes sociales señalando que el pan forma parte de la vida diaria y de las tradiciones del país, desde las tortas y el bolillo hasta el pan de muerto y otras variedades regionales. Recordaron que en México existen más de 600 tipos de pan, muchos ligados a festividades, rituales y a la economía popular.

Ante la polémica, Hart ofreció una disculpa pública en Instagram, donde reconoció que sus palabras no reflejaron el respeto que siente por México y aceptó que, como invitado en el país, debió expresarse con mayor sensibilidad.

El debate se dio además en un contexto social tenso en la capital, donde algunos sectores ya manifiestan molestia por el impacto de la llegada de extranjeros en el costo de vida. Para muchos, el caso del bolillo simboliza algo más profundo: un alimento accesible, cotidiano y compartido por personas de todas las clases sociales.

La conversación dejó claro un mensaje entre la ciudadanía: el pan mexicano no solo alimenta, también representa historia, identidad y orgullo cultural que no está dispuesto a ponerse en duda.

 Nota referencia: The Guardian.