El precio de la carne de res en México registró incrementos de entre 21 y 37% durante el último año, como resultado de una combinación de factores que han presionado al sector ganadero, entre ellos la plaga del gusano barrenador, la sequía, el alza generalizada del precio del ganado y el cierre de la frontera estadounidense a las exportaciones de bovinos mexicanos.

De acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), el kilo de carne al consumidor alcanzó hasta 221 pesos, el nivel más alto desde 2020. Los mayores aumentos se observaron en la carne de ganado gordo (37%), ganado flaco (26%), carne en canal (23%), así como en cortes vendidos en empacadoras y autoservicios (21 a 23%).

Especialistas explicaron que el encarecimiento no responde únicamente a la plaga, sino también a la sequía prolongada y a la reducción histórica del inventario de ganado en Estados Unidos, el más bajo desde 1951, lo que ha elevado los precios en ambos países.

Aunque el impacto también se ha resentido en el mercado estadounidense, en México la presión ha sido mayor. Productores nacionales denunciaron que el aumento de importaciones de carne, principalmente desde Brasil y Australia, ha generado una competencia desleal, al ingresar producto a bajo precio mientras ellos enfrentan mayores costos.

Tan solo en el último año, México incrementó en más de 200% las compras de carne a Brasil, mientras que las importaciones desde Estados Unidos y Argentina disminuyeron. Ante este escenario, líderes ganaderos exigieron al Gobierno limitar las importaciones, priorizar la compra de producción nacional y establecer cupos que no perjudiquen a la cadena productiva.

Organismos del sector advirtieron que la situación pone en riesgo a hasta 750 mil productores, mientras que el cierre de exportaciones ha dejado pérdidas superiores a 1,500 millones de dólares. Además, alertaron que la eliminación del esquema de arancel cero en 2026 podría presionar aún más la disponibilidad y el precio de la carne en el país.

Nota referencia: La Razón.